Mi propósito para el 2021 es aprender a escribir como habla Donald Trump. No, por cierto. Esto no es ningún propósito. Esto ha pasado en realidad. Yo ya soy el cronista más trumpiano que haya publicado el diario Göteborgs-Posten. Cada vez que escribo algo me llama el director editorial Ahlqvist y me agradece personalmente. A veces llora de alegría. A veces me llama con anticipación y llora. Él sabe qué tan bien va a quedar. Solemos tener de dos a tres mil seguidores nuevos cada vez que me expreso.
Por las mañanas suelo dar paseos aquí en Kyrkbyn. Es un barrio maravilloso, uno de los mejores del mundo, probablemente el mejor de todos. Gente maravillosa. Y hermosa.
Sigo con mi paseo por Kyrkbyn, bajando hasta Eriksberg. Mi doctor suele decirme que no hay nadie que tenga unas pantorrillas tan poderosas como las mías. Me dieron un certificado de mis hermosas pantorrillas. Se los puedo enseñar. Él me pidió que si lo dejo moldearlas en bronce. Me pasa seguido que la gente se me acerca y quiere fotografiar mis pantorrillas. El sol de otoño brilla de una manera tan maravillosa. Realmente ha hecho un clima extraordinariamente bueno aquí en Hisingen. Se ha convertido en el clima más hermoso de Europa desde que yo me vine a vivir acá. Los vecinos suelen agradecerme por el clima. A veces están tan agradecidos que hasta lloran.
A veces, cuando doy un paseo hasta Eriksberg, veo gente cuyas pantorrillas no son tan poderosas como las mías. Ellos suelen pedirme consejo. Yo siempre soy generoso para dar consejos. Soy de naturaleza generosa. Soy la naturaleza más generosa que haya vivido en Hisingen. También soy el más humilde. Pero no soy ningún doctor, o sea que no sé bien de qué modo ellos van a poder tener unas pantorrillas tan poderosas como las mías. Pero sí que pienso; y todos dicen que soy bueno para eso. Todos los doctores que he conocido me dicen que están impactados de ver qué tan rápido pienso. Yo hubiera sido un doctor maravilloso. Soy maravilloso. Ellos suelen pedirme consejos. Como eso de las pantorrillas. Otros que no tienen pantorrillas así de poderosas tal vez podrían inyectarse algo en las pantorrillas. Cemento. Tal vez podrían inyectarse cemento. Es sólo una idea. Pero todos saben bien qué tan liso y duro se pone el cemento. Tal vez lo pruebe yo mismo.
Después bajo hasta el río y me pongo a verlo. Es un río maravillosamente hermoso. El río Göte. El río Gösta, quiero decir. El río se ha puesto muy hermoso desde que me vine a vivir para acá. Si los ríos pudieran agradecer. Y todos los botes. Éstos también se han puesto muy hermosos desde que me vine a vivir para acá. Botes hermosos. No sé si es debido a mí. Toda la gente cree que es debido a mí. Es el tipo de cosas que la gente maravillosa me dice todo el tiempo. Y yo tengo que creerles. Yo creo en la gente. Yo creo en la gente que cree en mí. Los que no creen en mí no son gente de verdad.
Por todas partes se me acerca la gente –gente hermosa y común y corriente– y me da las gracias por mis crónicas. Muchos lloran. Después me voy a mi casa. Camino más rápido que nadie. Prácticamente, estoy en mi casa antes de que me hubiera ido. Me voy a mi casa y escribo esto. La prosa es de lo más maravillosa. Como una inyección de cemento. Hay que felicitar a los lectores.
Es así como hay que escribir en el futuro. Es el futuro. El futuro está aquí. Está más nuevo que nunca. Es maravillosamente nuevo. Es la nueva manera de expresarse. Es así como va a ser. Es increíble. No hay nada que se le parezca.
Muchos lloran.
Por Kristian Wedel
Una sola crónica hizo que tuviera cuatro mil nuevos seguidores en un día.
(Traducción del sueco: Sergio Peña)
Kristian Wedel is a staff writer and weekly columnist at Göteborgs-Posten, one of Scandinavia’s leading morning newspapers.
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